Este devocional cristiano está escrito por Shelly Divido
“En aquellos días, María se levantó y fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó a gran voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque apenas llegó a mis oídos tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Feliz tú, que has creído, porque lo que le fue dicho de parte del Señor se cumpliría!” Lucas 1:39-45
En esta escritura vemos a dos mujeres que son bendecidas y altamente favorecidas por Dios, embarazadas con un propósito. Una llevaba a Jesús, el Salvador del mundo. La otra llevaba a Juan el Bautista, el enviado antes de Jesús para preparar el camino. No puedo imaginar cómo habría sido la vida de María durante ese tiempo. Una joven embarazada fuera del matrimonio. Ella sabía la verdad de lo que Dios estaba haciendo en su vida. Ella vio al ángel. Escuchó la voz del Señor. Ella tuvo confirmación a través de José. Ella sabía lo que llevaba dentro de ella. Ella creía que el bebé dentro de ella era el Hijo de Dios. Sin embargo, me imagino que su vida vino con pérdida, angustia, soledad, confusión y dolor. Me imagino cómo una joven en esta situación sería recibida hoy y ni siquiera puedo imaginar cómo era en esos días con las grandes diferencias culturales. Me imagino que ella fue marginada. Me imagino que Dios protegió su vida. Me imagino que perdió a su familia y amigos. Me imagino que Satanás trató de destruirla de todas las formas posibles. Me imagino el miedo que debe haber sentido a pesar de su gran fe. Me imagino que su propósito y destino tuvieron un gran costo y que el favor de Dios en realidad no se sintió como un favor en ese momento.
Y en el momento más grande y difícil de esta nueva etapa para María, Dios la envió a Isabel. Isabel también estaba recibiendo un milagro de Dios. Ella era estéril y ya muy mayor y estaba embarazada de Juan. Cuando María entró en la casa de Isabel, el vientre de Isabel saltó de alegría y ella se llenó del Espíritu Santo.
Dios está haciendo mucho en las naciones en este momento. Está sacando la oscuridad a la luz. Está separando a los tibios de los que están en llamas. Está marcando el camino angosto. Está restaurando el temor del Señor en la Iglesia. Está cambiando y haciendo transiciones. Está protegiendo y guiando. Las cosas están cambiando. Está eliminando todo pacto impío. Está restableciendo y restaurando todas las cosas.
La vida de muchos en la Iglesia es ahora diferente. Las viejas costumbres están desapareciendo y las nuevas están llegando. La transición puede resultar confusa y solitaria. Dios te pide que protejas lo que Él ha puesto dentro de ti. Quiere que camines plenamente en el propósito y el destino al que te ha llamado. Pero Satanás sigue dispuesto a robar, matar y destruir. Ahora más que nunca quiere alejarte de la voluntad de Dios.
Inmediatamente después de que el ángel visitó a María y le dijo que estaba embarazada del Hijo de Dios, le habló de Isabel y del milagro que estaba recibiendo. Creo que estamos en un momento en el que Dios está uniendo a María y a Isabel. Él te está trayendo a tu María que hará que tu vientre salte de propósito y alegría. Él te está dando la amiga que no va a cuestionar lo que llevas dentro ni el camino que Dios te ha puesto en el camino, sino que va a estar de pie en alabanza y adoración incluso cuando no tenga sentido y parezca una locura para el mundo.
Dios te trae a tu Isabel, la que ha ido delante de ti, la que ha dicho sí a Jesús para que tu corazón pueda creer por fe todo lo que Dios te ha dicho. Tu Isabel que te va a bendecir, proteger y adorar contigo. La que va a caminar contigo a través de las temporadas difíciles y protegerá lo que Dios ha puesto en ti para que puedas dar a luz todo lo que Dios te ha llamado a dar a luz en esta hora. La que cree sin ver todo lo que Dios ha dicho porque sabe que nada es imposible para Dios.
Últimamente nuestra casa ha estado llena de niños. En cualquier momento podemos estar dándoles de comer a seis niños o dándoles la cuarta merienda del día. Van y vienen de nuestra casa a la suya y de regreso. Juegan, se pelean y vuelven a jugar. Mientras veo a estos niños aprender y crecer como individuos y junto con el resto de los niños del vecindario, recuerdo la importancia de proporcionar un lugar seguro para esta próxima generación. La importancia de asociarnos con el Cielo hoy para crear un lugar donde las Marías e Isabels de esta generación puedan estar equipadas y protegidas para dar a luz el propósito y el destino que Dios les dio. Veo cómo estos niños adoptan el entorno bilingüe y recuerdo que Dios está dando a la Iglesia las llaves de las naciones para que cada corazón sepa y cada lengua confiese que Jesús es el Señor. El mundo revela a diario la oscuridad, pero Dios está liberando esperanza a través de Sus hijos.
Las viejas costumbres están pasando y el nuevo día está llegando. ¿Dónde está tu María? ¿Dónde está tu Isabel? ¿Con quién te estás alineando y colaborando para proteger lo que Dios ha plantado en tu interior? ¿Quién te sostiene los brazos cuando crees que no puedes soportar otra cosa? ¿Quién está contigo para creer que nada es imposible para Dios?
Que el Dios de toda esperanza los llene de gozo y paz en la fe, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo. -Romanos 15:13
Ruego que Dios te revele hoy lo nuevo que Él está dando a luz a través de ti en esta temporada. Ruego que Él te traiga a tu María o Isabel que te ayude a proteger la semilla que ha sido plantada en tu interior para que llegue a su pleno fruto en el tiempo perfecto de Dios. Ruego que crees un espacio en tu vida para proporcionar un lugar para que las Marías e Isabels de esta nueva generación estén seguras, nutridas y discipuladas con raíces profundas para que, incluso cuando el mundo revele más oscuridad en los días venideros, la luz dentro de estos salvajes brille aún más. Ruego que cada promesa que Dios ha hablado a tu corazón se cumpla para la gloria de Su nombre. Ruego que cada necesidad sea satisfecha en abundancia para que puedas construir todo lo que Dios te está llamando a construir. Ruego que seas fortalecido para resistir. Alabo a Dios por ti y por lo que Él ha puesto en tu interior. Que estés lleno de toda esperanza mientras permaneces firme en la fe sabiendo que nada es imposible para Él.
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